4 deNoviembre de 2009 
Hoy me embarco en una nueva aventura , con esta ventana que pretendo abrir a todo el que quiere asomarse a ella. Donde mostraré viajes, libros, fotografias, pequeños detalles que la vida nos va dejando día a día..
En esta primera ventana, os acercó un poquito a la ciudad de
Amberes (
Antwerpen), a la cual me acerqué a primeros de Noviembre.
Desde Bruselas en un moderno tren de 2 pisos, en unos 50 minutos y tras una pequeña parada en
Malinas , llegas a la espectacular estación de Amberes.
Un sobrio y enorme edificio por fuera, y bastante moderno por dentro, con 4 alturas de andenes y que merece ,desde luego, una parada para contemplar su originalidad antes de lanzarnos a las calles de la ciudad.
Pegado a la estación se encuentra el zoo de la ciudad, y en sus inmediaciones encontramos el barrio de los diamantes, donde además de un Museo del diamante, se agolpan numerosas tiendas donde te ofrecen el producto con las más variadas formas, eso sí, para personas con cierto poder adquisitivo.
Recordar que en esta ciudad la industria del diamante es bastante importante desde hace siglos, y actualmente en Amberes se mueve el 80% del mercado mudial del diamante en bruto del mundo.
Desde la estación, por una amplia y concurrida avenida nos vamos acercando al corazón de la ciudad, es una mañana fría, con un viento helado que te azota sin piedad, aunque por fortuna el sol logra salir y quitarnos un poco la sensación de frío.
Amberes es una ciudad muy comercial, probablemente la más comercial de Bélgica y sus ciudadanos practican el consumismo de una forma desaforada, tiendas llenas a todas las horas del día...
Dejamos atrás las calles comerciales y llegamos a los alrededores de la catedral, cuya torre de unos 120 m de alto es una maravilla y puede verse desde varios puntos de la ciudad.
Se nota que Amberes fué una de las ciudades más importantes de Europa en el siglo XVI, debido sobre todo a su pujante comercio y a sus gremios comerciales que financiaban la mayor parte de las construcciones de la ciudad, con sus edificios característicos acabados en punta. Así las casas de su plaza mayor eran la sede de los principales gremios comerciales.
La importancia de su tráfico comercial radicaba también en la indudable situación estratégica de la ciudad a orillas del río Escalda que porpició la creación de un gran puerto por donde pasaban y aún lo siguen haciendo barcos de todo el mundo.
Así que nos acercamos por la orilla del río, donde el viento arreciaba aún más y nuestras caras heladas buscaban los pequeños rayos de sol..
Un pequeño museo marítimo al aire libre, donde contemplar distintos tipos de embarcaciones y unas buenas vista para obsevar el ir y venir de las grandes barcazas cargadas hasta arriba de mercancías.
Una zona ésta, donde había varios estudios de arquitectura y edificios modernos interesantes con amplias terrazas cubiertas mirando al río.
Aquí también se encuentra una pequeña fortaleza, con una estatua a la entrada del gigante Gulliver.
Quizás para recordar la leyenda del Gigante de esta ciudad, que decía que obligaba a pagar un peaje a quienes querían navegar por aguas del Escalda, y sino lo hacían así les cortaba la mano.
De esta leyenda, queda en algunas pastelerías de la ciudad unas galletas con la forma de la mano que cortaba el gigante, incluso algunos dicen que el nombre de la ciudad puede originarse por esta leyenda: Antwerpen, el nombre en flamenco de la ciudad puede derivar de " Hand werper" ( mano cortada) ,pero no se sabe bien.
Amberes se hizo famosa también por su arte para tallar retablos en madera que se exportaban a toda europa, y uno de los ciudadanos más conocidos que dió esta ciudad fué Rubens , autor de varios de los más conocidos.
La visita a la catedral es obligada porque es de una gran belleza, y además estos días había una exposición de retablos y entre ellos el " Descendimiento de Rubens".
Una maravilla poder admirar esta obra, y muchas más dentro de la catedral, con una sillería que quita el hipo.
Y no voy a contar mucho más, que hay que callejear sin prisa por todos sus rincones, pequeñas plazas escondidas, coquetas tiendas y agradables cafés donde engañar al frío y observar el trasiego de esta interesante ciudad.
Quizás en otras épocas del año más benignas con el clima, se pueda sacar más provecho a la ciudad, pero siempre esta bien conocer las ciudades en fechas donde el turismo no lo invade todo y quizás pueda llegar a cambiar la fisonomía de la ciudad.
Y camin0 de la estación, esta estampa típica del rabino en el medio de locomoción más utilizado por los belgas: la bicicleta ( quien dijo frío).
Bienvenidos a esta ventana.
Nos vemos..
Sí, vamos camino del 10, en pocas horas comenzamos decenio.. ¿Que nos depararán los próximos 10 años? Afortunádamente no lo sabemos , y la vida nos va sorprendiendo a veces de forma agradable y a veces de una forma muy dura..
Hoy me embarco en una nueva aventura , con esta ventana que pretendo abrir a todo el que quiere asomarse a ella. Donde mostraré viajes, libros, fotografias, pequeños detalles que la vida nos va dejando día a día..
Un sobrio y enorme edificio por fuera, y bastante moderno por dentro, con 4 alturas de andenes y que merece ,desde luego, una parada para contemplar su originalidad antes de lanzarnos a las calles de la ciudad.
Desde la estación, por una amplia y concurrida avenida nos vamos acercando al corazón de la ciudad, es una mañana fría, con un viento helado que te azota sin piedad, aunque por fortuna el sol logra salir y quitarnos un poco la sensación de frío.
Así que nos acercamos por la orilla del río, donde el viento arreciaba aún más y nuestras caras heladas buscaban los pequeños rayos de sol..
Una zona ésta, donde había varios estudios de arquitectura y edificios modernos interesantes con amplias terrazas cubiertas mirando al río.
Quizás para recordar la leyenda del Gigante de esta ciudad, que decía que obligaba a pagar un peaje a quienes querían navegar por aguas del Escalda, y sino lo hacían así les cortaba la mano.
